sábado, 13 de diciembre de 2008

Sobre Hermes Trismegisto


Hermes Trismegisto "Hermes, tres veces grande" (del idioma griego: ρμς Τρισμέγιστος, y en latín: Mercurius ter Maximus) es un sincretismo del dios egipcio Dyehuty (Thot en griego) y el Hermes heleno,siendo Trismegisto una palabra griega que significa “tres veces grande”.

Orígenes

El dios egipcio Dyehuty, era el dios de la sabiduría, patrón de los magos. Posteriormente se le asoció al Hermes griego y al dios Mercurio romano, el mensajero de los dioses.
Platón, en Timeo y Critias comentó que en el templo de la diosa Neit en Sais, había salas que contenían Registros históricos secretos que se había mantenido 9000 años. Clemente de Alejandría estimaba que los egipcios poseían cuarenta y dos escritos sagrados de Hermes, que encerraban toda la información de los sacerdotes egipcios. Siegfried Morenz ha sugerido (Religión de Egipto) "La referencia a la autoría de Thoth... se basa en la antigua tradición, y la cifra de cuarenta y dos probablemente se debe a el número de nomos de Egipto, y, por tanto, transmite el concepto de integridad". El escritor neo-platónico Clemente habló de "cuarenta y dos textos esenciales".

Fueron los colonizadores griegos en Egipto, en la antiguedad, quienes identificaron a uno de sus dioses, Hermes (lat. Mercurius) mensajero alado y conocedor del arte de curar, con Thot, el Tres veces grande, del Antiguo Egipto. Thot era el dios de la escritura y de la magia, siendo venerado al igual que Hermes, como "Psicopompos".

 La figura de Hermes Trismegisto se asocio también a un faraón legendario que había dotado al pueblo egipcio de más de 30.000 volúmenes que contenían todos los conocimientos naturales y sobrenaturales, entre ellos la escritura jeroglífica. Había transmitido los mandamientos divinos de su arte en la "Tabla Esmeralda". Esa "távula smaragdina" hoy día data entre los siglos VI y VIII de nuestra Era, andaba por el Occidente cristiano a partir del Siglo XIV, en traducciones del árabe.
Hermes Trismegisto, Hermes Tres Veces Grandísimo como se traduce su nombre, reaparece hoy en la historia y la vida cotidiana luego de siglos de ocultamiento.
De sus legendarios millares de escritos, han llegado hasta nosotros, dieciocho tratados redactados en griego, y uno más conservado en latín llamado "Asclepio" o Esculapio.
Quedan de ellos una treintena de manuscritos de copistas de los siglos xiv al xvii que constituyen lo que técnicamente se llama el "Corpus Herméticum" o Biblioteca Hermética.
La literatura Hermética
La llamada Hermetica, o "literatura Hermética", es una categoría de papiros que contienen hechizos y procedimientos de inducción mágica. En el diálogo llamado Asclepio (el dios griego de la medicina), se describe el arte de atrapar a las almas de demonios o ángeles en estatuas con la ayuda de hierbas, piedras preciosas y aromas, de tal modo que la estatua pudiera hablar y profetizar. En otros papiros, existen varias recetas para la construcción de este tipo de imágenes, de su animación, y de como han de ser estas imágenes huecas para poder realizar una magia, introduciendo un nombre grabado en una hoja de oro.

Resurgimiento hermético medieval

Durante la Edad Media y el Renacimiento, los escritos atribuidos a Hermes Trismegisto, conocidos como Hermética, gozaban de gran crédito y eran populares entre los alquimistas. La "tradición hermética", por lo tanto, se refiere a la alquimia, la magia, la astrología y otros temas relacionados. Los textos se distinguen dos categorías: de "filosofía" y "técnica" hermética. La primera se ocupa principalmente de cuestiones de filosofía, y la segunda de magia, alquimia y pociones. Entre otros temas, hay hechizos para proteger los objetos por "arte de magia", de ahí el origen de la expresión "sellados herméticamente".

El erudito clásico Isaac Casaubon, en De rebus sacris et ecclesiaticis exercitiones XVI (1614) mostró, por el tipo de caracteres griegos, que los textos escritos tradicionalmente en la noche de los tiempos, eran más recientes: la mayor parte del "filosófico" Corpus Hermeticum puede ser de una fecha alrededor del año 300. Sin embargo, fueron descubiertos en el siglo XVII errores de la datación de Casaubon por el estudioso Ralph Cudworth, que argumentó que la denuncia de falsificación sólo puede aplicarse a tres de los diecisiete tratados contenidos en el Corpus Hermeticum. Además, Cudworth señaló la falta de reconocimiento de la codificación de estos tratados como una formulación tardía de una pre-existente tradición, posiblemente oral. Según Cudworth, el texto debe considerarse como un término ad quem, y no a quo.
La tradición cristiana medieval lo veneró como protector y guía de los hermetistas, que practicaban las ciencias de la alquimia, la magia y la astrología. Entre los libros atribuidos a Hermes se encuentran en el Corpus Hermeticum. Se le atribuye la redacción de la Tabla de Esmeralda. Entre sus obras más destacadas estarían: “El Poimandres”, “El Kybalion”, ciertos libros de poemas sueltos y “El Libro para salir al día”, también conocido como “Libro de los Muertos”, por haberse encontrado ejemplares de él dentro del sarcófago de algunos destacados egipcios.








En su conjunto testimonian de cuánto fue leído y releído en la Edad Media y Moderna, especialmente por sus adeptos, los "filósofos de la naturaleza", "filósofos herméticos" o alquimistas. Hasta nuestros días, su nombre vulgarizado, sirve para indicar lo oculto, secreto y sellado, lo hermético, lo que es difícil de penetrar y lo que se conserva vivo mucho tiempo.
 
Los redactores del corpus hermeticum lo presentan como una traducción de libros egipcios atribuidos a Hermes, nombre griego del dios Thot, escriba de los dioses, y como tal, revelador de conocimientos arcanos. Iámblico, que vivió en la segunda mitad del siglo II d. de C. y murió hacia el año 330, en su libro "Los Misterios Egipcios", nos dice al respecto:

 
"Hermes, dios que preside las palabras, es considerado desde antiguo como propio de los sacerdotes sagrados y su común inspirador. Protector del verdadero conocimiento y ciencia de los dioses, es uno y el mismo en todas partes: es aquel al que nuestros ancestros atribuían todos sus hallazgos de sabiduría, y ponían bajo el nombre de Hermes todos sus escritos."
 
"... Los libros que circulan hoy bajo el nombre de Hermes contienen la doctrina hermética, bien que el texto haga uso frecuente de expresiones filosóficas, precisamente porque fue traducido del egipcio por gente que no ignoraba filosofía."y testimonia de la antigüedad de la enseñanza contenida en sus escritos al decir: "... las antiguas estelas de Hermes, que ya Platón anteriormente y Pitágoras habían leído y considerado para dar forma a sus propias filosofías..."
 
Francisco Daumas, en su obra "Los Dioses de Egipto" dice:
 
"Los griegos, para quienes Thot era Hermes, tradujeron un epíteto egipcio que debía significar "siempre grande" y lo denominaron Trismegisto: "tres veces grandísimo".
 
"Con ese nombre han llegado hasta nosotros una serie de tratados filosóficos, denominados herméticos, escritos en griego y sin duda teñidos de neoplatonismo.
 
Estos tratados trasmiten sin embargo, una parte muy apreciable de viejas especulaciones egipcias, hasta tal punto que se ha creído ver en ellos una traducción pura y simple de los libros filosóficos egipcios mencionados por Clemente de Alejandría al referirse a los conocimientos que debían adquirir los sacerdotes."

Una última observación: los libros de Hermes no son "filosofía", ni pertenecen a ninguna escuela. Son un texto sagrado como el I Ching, como la Biblia, como el Libro de los Muertos egipcio, como los Vedas y los Upanishad.

Como los símbolos y los mitos, habla el lenguaje del espíritu y de la inteligencia, más allá del Tiempo, en el instante Eterno e incomprensible del entender, del darse cuenta y del tomar conciencia. Del instante cuando se hace la Luz, a la que sigue el recuerdo de lo que una vez entendí, y de que estoy seguro de que así fue, y que lo guardo en la memoria y en la Pistis, la Fe, que es la Piedra firme sobre la que se puede construir una Morada segura.

Luego vendrá el Tiempo, el devenir de la Razón, del Logos, que establece las diferencias, controla las fantasías y separa la paja del grano, que emite hipótesis y tesis, que desarrolla la Luz, para decirlo en términos de Hermes, "en un Cosmos infinito de arquetipos", de infinitos posibles, de "Todo lo que ha sido, es y será, y de lo cual ningún mortal jamás alzó el Velo". Porque como todo libro sagrado, la Revelación que nos trasmite, viene mezclada con fantasías y características propias del que la trasmite: no es un credo ciego, sino proposiciones a comprender e interpretar.

La tradición islámica


Antoine Faivre, en El Eterno Hermes (1995) ha señalado que Hermes Trismegisto tiene un lugar en la tradición islámica, aunque el nombre Hermes no aparece en el Corán. Hagiógrafos y cronistas de los primeros siglos de la Hégira islámica identificaron rápidamente a Hermes Trismegisto con Idris, el nabi de las suras 19, 57, 21, 85, a quien los árabes también identifican con Enoc (Génesis 5:18-30). A Idris-Hermes se le llama Hermes Trismegisto porque fue triple: el primero de los nombres, comparable a Thot, era un "héroe civilizador", un iniciador en los misterios de la ciencia divina y la sabiduría que anima el Mundo; y graba los principios de esta ciencia sagrada en jeroglíficos. El segundo Hermes, de Babilonia, fue el iniciador de Pitágoras. El tercer Hermes fue el primer maestro de la alquimia. "Un profeta sin rostro", escribe el islamista Pierre Lory, "Hermes no posee características concretas, o diferentes a este respecto de la mayoría de las grandes figuras de la Biblia y el Corán."
Moderno resurgimiento


Los ocultistas modernos sugieren que algunos de estos textos pueden tener su origen en el Antiguo Egipto, y que "los cuarenta y dos textos esenciales", que contenían lo fundamental de sus creencias religiosas y su filosofía de la vida siguen escondiendo un conocimiento secreto.
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